viernes, 11 de junio de 2010

  • • VIVENCIAS - TEATRO BACAGUARÉ / Y 14
    • Retorno a los orígenes
    • Juan Carmona mira al continente africano como espejo liberador de su existencia



    • JUAN CARMONA EN LA SELVA DEL ALMA.

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    • Cirilo Leal Mujica
    Santa Cruz


    No puede evitar sentimientos profundos que le atormentan y le amargan insistentemente la vida. Sentimientos que nacen de sus percepciones de la realidad -escamoteada por el poder y los medios de comunicación- amenazadora: la existencia de una fosa radioactiva a mil kilómetros de las islas Canarias. Tampoco puede soslayar la perturbadora predicción sobre la fecha final de su existencia que le hiciera hace algunos años uno de los seres semi invisibles cuando creía morir de forma inminente bajo los efectos de una bomba atómica lanzada a la capital de España. Sensaciones que en el trasiego aciago de su existencia ha ido dominando, canalizando, sublimándolas en el arte escénico y la poesía. En la actualidad, lo que le desarbola no son las figuraciones, ni las engañosas elucubraciones de su mente, son las voces que se levantan del lecho del Océano Atlántico, las voces de los héroes que se juegan la vida en busca del pan. Entiende Juan Carmona que el artista no puede permanecer impasible ante esa inmensa mareada de dolor y muerte que nos llega a diario a las costas. El teatro, su herramienta, su lenguaje, su emblema y signo de identidad, le exige que aborde esa sangrante realidad. El teatro nació al calor de los ritos de la resurrección anual de la vida y Tespis, con su carro teatrero, comenzó a recorrer los caminos y los pueblos expresando en el tablado los sentimientos más profundos del ser humano. Para Juan Carmona ese carromato no se debe detener, estacionar en la comodidad, en el aburguesamiento.

    Los argonautas del atlántico canario.
    • Siente que esos seres vienen engañados por las voces de las sirenas que provocaron la zozobra de los argonautas en su imposible búsqueda del vellocino de oro soñado en el Jardín de las Hespérides, nuestras Islas Afortunadas. Las sirenas se han apoderado de las pantallas del televisor arrojando al continente esquilmado, depauperado, imágenes de opulencia y ríos de oro, leche y miel. ¿De dónde parten estos héroes de ébano? ¿Es tan poderosa el hambre que los arroja a las garras del mar proceloso? Juan Carmona sabe que el África vecina, el África hermana no es sólo ritmo, ceremonias, rituales, cantos y música. Hay mucho más que él desconoce y desea sentir, vivir, aprehender. Una vez más, desnuda su alma -como antaño descendiera como un ángel caído transmutado en el poeta maldito Wladimir Maiakosky- y confiesa con absoluta sinceridad el sueño, el anhelo del viaje al continente africano.

    "Aquel ser semi invisible me salvó la vida cuando yo creía que no saldría de aquella amenaza. Me indultó, me concedió una prórroga, me fijó una fecha, un año concreto. Aún no he agotado el plazo. En mis sueños nunca ha aparecido una persona de color, lo cual significa que estoy muy lejos de entenderlos, de sentirlos, de ponerme en su piel. Me aturde que cada día mueran de hambre tantas personas de color. Siento que tengo que viajar al continente africano, recorrer sus pueblos, comunicarme con sus gentes, explicándoles, mostrándoles con documentales, con un espectáculo audiovisual, lo que hay detrás de nuestra opulencia, detrás de los impresionantes logros de nuestra sociedad. Nuestra riqueza ha venido, en buena parte, de las rapiñas sobre sus tierras. No quiero quedarme aquí siendo testigo de esa masacre. Quiero decirles que parte de nuestra riqueza les pertenece a ellos también. Somos parte de su historia. La emigración hacia Europa es imparable. El mundo actual es producto de las corrientes migratorias. Su riqueza cultural se ha forjado, se ha enriquecido en el crisol, en la fusión, en el intercambio. Irnos nosotros a África, a vivir, a trabajar, a disfrutar. El vídeo teatro será mi herramienta de comunicación, de diálogo, de enriquecimiento".

    El teatro canario actual.
    • Ante cualquier pregunta la respuesta es pausada, meditada, serena, clara, contundente, desprovista de halagos, de miramientos. Es cómplice con su trayectoria y con sus reflexiones. Juan Carmona Cabello es un teatrero que milita, que genera proyectos y acciones escénicas y medita. Elucubra sobre lo que hace él y lo que hacen los otros. No está ajeno, aislado, marginado. Se toma tiempo y responde de manera categórica. ¿Cómo veo el teatro que se hace hoy en las islas?

    "…Burguesito. Muy burguesito. Aburguesado, no reivindica… ni en cuanto a las formas ni en cuanto al contenido. No se ponen en vanguardia ni experimentan. En general, lo que se hace en los pueblos, muy costumbrista. Quizá se escape el teatro Victoria, pero tampoco, eguá, todo es un teatro burgués. ¿El de la hora del humor de la televisión? ¡Jo,jo,jo,jooo! Parece una lavadora. Es un teatro de lavadora, está la mujer viéndolo, se ríe un poco, va y termina de apagar la lavadora y tender la ropa. Mientras está viendo el programa puede hacer muchas cosas. Ya no entre anuncio y anuncio, ya no entre publicidad y publicidad pone la lavadora o el microondas, sino cuando están actuando. No dice nada, no dice nada… El teatro tiene que estar comprometido con el arte y la vida. Que sea una performance de la vida. Que sea un teatro vivo. Performance es el arte vivo. Ahora mismo somos dos millones de personas en Canarias y a los grandes teatros como el Guimerá y el Cuyás, apenas va una élite, unos pocos. La gente joven, los barrios, los pueblos, universidades e institutos están abandonados. Hasta hace unos pocos años había teatro en institutos y en las universidades y todo eso se ha ido abandonando. No se lee en clase, no se hace expresión, no se dibuja, ni siquiera se pinta en una pizarra, ni se toca una guitarra en un portal de un bloque de un barrio. Antes era fácil que en los barrios y en las asociaciones de vecinos se formaran grupos de música y de teatro. Se leía y se comentaba la lectura. Se formaba la tertulia en el bloque, en el barrio. Todo eso se ha dormido. La cultura tiene que llegar a esa gente para que se ponga en la actividad de la creación artística. Ahí es donde se enriquece muchísimo la persona: nace el estímulo, el sentimiento, un montón de cosas desconocidas que bajan de la divinidad, de una panacea de dioses. El arte es el contacto con dios o el contacto con los dioses. A través de un artista tenemos el camino al paraíso, al paraíso que está aquí en la tierra o en el paraíso que está en el cielo. O el paraíso que está en el mar. A través de un artista todos nos encontramos unidos a una divinidad, a un dios."
    • Teatro ancestral
    • El teatro de hoy tiene una enorme capacidad de recursos técnicos, medios con los que jamás soñaron los teatros de los años setenta. Hoy hay muchos más grupos y mayor profesionalidad… Sin embargo, echo de menos un tipo de teatro de urgencia, con posibilidades de actuar donde sea y cuando sea y como sea. Un teatro de calle como el que se realizaba antes. La televisión ha cambiado los gustos y las expectativas de la gente. Pero creo que una actuación en directo y unas ideas que te llegan no tienen comparación con ningún programa de televisión. Estaríamos hablando de un público minoritario. Las grandes audiencias son dominio de la tele. El otro tipo de teatro, debidamente preparado, es un valor que la televisión jamás podrá con él. Esto sirve para todas las artes, además del teatro, la música, la danza, el recital… La fuerza del directo es la gran baza del espectáculo teatral. Esta es la razón por la cual el teatro se ha mantenido contra viento y marea, venciendo todas las crisis y muertes anunciadas. En África el teatro mantiene esa vigencia con la ceremonia ancestral, el contacto íntimo, directo, entre los seres humanos."

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