- VIVENCIAS - TEATRO BACAGUARÉ / 11
Las voces del alma
Juan Carmona ha mantenido una lucha larga contra las distorsiones de su mente
JUAN CARMONA, A MEDIADOS DE LOS SETENTA .
Cirilo Leal Mujica
Santa Cruz
La trayectoria teatral de Juan Carmona Cabello al frente del colectivo Bacaguaré pareció desvanecerse cuando, en plena actividad creativa y juventud, fue movilizado para cumplir con el deber patrio en tierras peninsulares. Durante más de diez años se le perdió el rastro al teatrero canario que se había impuesto como meta palpar y expresar el espíritu de su tiempo, de su isla, de sus barrios: el desquite de la silenciosa ola de consumismo que invadía el país. Atrás quedó el eco de su intensa actividad dramatúrgica iniciada en el umbral de los setenta, mientras iniciaba su éxodo, su amarga y personal lucha con los demonios del alma. La vida le presentó de sopetón drama y tragedia y la responsabilidad de sacar su familia adelante al mando de un volante. Las voces estridentes y las distorsionadoras imágenes de la realidad le llevaron a los linderos del infierno, a los afilados límites de la razón y la locura. Con enormes dificultades, con el esfuerzo de la voluntad, la razón y la adecuada ayuda farmacológica, se ha mantenido en pie en este titánico lance de larga duración. Controlando los demonios del interior para que las luces de la razón no se dejen vencer por las sombras, por esos seres caprichosos, duendes perversos, encantadores de la mente. Algo que, metafóricamente está ocurriendo en nuestra sociedad, poseída por los diablos de la irracionalidad.
Performances invisibles.
A Juan Carmona no le importa hablar de las batallas que ha librado en el escenario conflictivo de su psique. Una pelea constante -sigue en ello- que le ha convertido en una persona madura, flexible, con enorme capacidad para situarse en la piel de aquellos que sufren tales trastornos y aportarles su experiencia, su mirada, su comprensión. Sin más, simplemente porque es una persona que ha sufrido en carnes vivas los zarpazos del padecimiento.
"A partir de aquel accidente en el que casi mato a aquella señora fue cuando me sobrevino la enfermedad. Yo estaba tan asustado que no me atreví a ir a visitar a la señora. Sabía por mi mujer que es ATS que se iba recuperando. ¿Qué pasó dentro de mí? Empecé a sufrir una esquizofrenia paranoide impresionante. ¿En que consiste? ¿Cómo estoy actualmente? ¿Ves ese cartel? Veo un niño que me suele acompañar siempre, yo hablo con él y él habla conmigo. Está fuera de mí. Es como una performance. Adopta las formas de los objetos, de las personas. Personas semi invisibles a mi alrededor. En mis juicios estoy acusado por las personas, las conversaciones de la calle me acusan, la televisión me acusa, los medios de comunicación me acosan, todos, todos. Iba con el taxi y cualquier conversación era una recusación hacia mí. Oía todo lo que decían, aunque llevara las ventanillas cerradas. Yo creía que me decían, claro, creo que me dicen porque todavía tengo esas percepciones. Gracias a la medicación he ido saliendo adelante. Yo sigo viendo al niño ahí, adoptando las formas de los objetos. Me hablan. Sé que están ahí, pero semi invisibles. Dejamos la conversación y salgo a la calle y empiezo a verlos. He conseguido durante mucho tiempo controlar la esquizofrenia. Gracias a la medicación logro tener momentos, laxus para mi. El esquizofrénico sufre mucho, se ven experiencias increíbles, se oyen cosas imposibles Se siente alucinaciones y delirios que ni te puedes imaginar. Lo que se sufre con los amigos, con la sociedad tampoco te puedes hacer idea. Te deshaces de todo, del trabajo, del dinero, de los amigos, te lanzas a calle, al monte o a dónde sea. Con esa enfermedad y todo, tengo una familia, levanté una familia, trabajé catorce y 16 horas diarias en un taxi. ¿Cómo me siento con todo eso? Yo camino por la calle, pido dinero para tomarme un café o un cigarrillo y voy a una tienda y le digo que me dé un bocadillo porque no tengo dinero. Así he trotado por toda Europa. Con una mochila y un saco de dormir. A veces sin saco de dormir, cartones. Más de una vez un barrendero ha levantado unos cartones y me ha visto a mí debajo y se ha pegado un susto de muerte".
Vuelta a casa.
Transcurrieron más de trece años antes de poner rumbo al hogar materno. El naufragio se había consumado. Regresó y fue aceptado. En los años ochenta el teatro insular había superado su etapa de indigencia, de protesta y de algarabía callejera. Patrocinios y subvenciones públicas alimentan el arte escénico que, en pocos años, había evolucionado en arte y oficio. A nadie se le escapa que gracias a la Escuela de Actores el teatro en Canarias dio el salto a la profesionalidad. Juan Carmona echaba de menos la garra, la contundencia del mensaje, el compromiso social y se mantuvo en el empeño de realizar un teatro de calle, de rastro, fábula y mimo. Conoce a una mujer con la que reemprende su singladura teatral en las calles santacruceras y de Gran Canaria. La muerte trágica de Ada, a manos de un amante despechado y celoso, conmociona su frágil arquitectura. Las adversidades, las garras del dolor, la furia, la necesidad de huir, de correr, de emprender el camino del horizonte. De nuevo marcha a tierras peninsulares, visita a los hijos y, como peregrino andante, pone rumbo a Francia, Montpelier, donde es expulsado por indocumentado. En Las Palmas se vincula a un colectivo anarquista y pasa a ser un ocupa de la Casa Verde donde preparaba espectáculos de calle, fábulas de Esopo y pasacalles sobre la insumisión por Triana. Tres años en ese trajín anarco que le dan para comer, pagar un alquiler y ducharse a gusto".
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El sol hablaba conmigo
La palabra perfomance la oí de Jacques Monod, el autor de El azar y la necesidad, un biólogo francés. Perfomance es adoptar el espíritu de un objeto. El arte también tiene una designación de performance, arte vivo. Performance también se aplica cuando se adopta un personaje, un vestuario, un atrezzo, una coreografía. Una performance como yo la entiendo desde la esquizofrenia y la paranoia es cuando un ser semi invisible, porque yo no lo veo del todo completo, le veo la cabeza, le veo los ojos, la cara, no le veo como va vestido; tengo que fijarme mucho y se me pierde. Es como un estímulo que está ahí, que es real, que es vivencial, pero que no está como tú ni yo. Yo te puedo mirar a la rodilla y a él no se la veo. Está ahí porque veo su cabeza, sus ojos, pero no veo nada más. Adopta la forma de los objetos, de un coche, de una guagua y a veces lo hace de forma increíble, yo noto el peso enorme que tiene un camión. Se me para y noto las toneladas. El chiquillo adoptando las formas del camión. No sólo adoptan las formas de los objetos, adquieren las formas de los ruidos, por ejemplo, los motores de los coches, del avión. Volando un avión yo veo la perfomance de un niño. Puede adoptar la forma de una estrella. La luna me ha hablado. Cuando el sol y la luna coinciden, he visto conversaciones entre ellos. He delirado de que el sol hablaba conmigo, que la tierra hablaba conmigo "
viernes, 11 de junio de 2010
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